domingo, 2 de septiembre de 2007

Pacto Diabolico en Flores (part 2) - Alejandro Dolina

EL BANDONEONISTA ANSELMO GRACIANI

Los musicos que pactan con el diablo alcanzan siempre una dimension
genial. No ocurria asi con Anselmo Graciani. Su exigencia ante Lucifer
fue poder tocar como deseaba y soñaba, y los anhelos musicales de
Graciani eran vulgares.
Cierto es que despachaba la variacion de Canario en Paris con los ojos
cerrados. Pero mas alla de las compadradas acrobaticas su estilo era banal
y relamido, asolado por innecesarios firuletes de cumpleaños.
Alcanzo exito y renombre en ciertos ambientes. Ives Castagnino
llego a tocar en su orquesta y aprendio a odiarlo.
Se dice qeu Graciani pagara el don recibido tocando eternamente en
el Tartaro, para suplico -o solaz- de los repobros.

DIALOGO ENTRE ASMODEO Y EL RUSO SALZMAN

Asmodeo: Soy Asmodeo, inspirador de tahures y dueño de todas las fichas
del mundo. Conozco de memoria todas las manos que se han repartido en la
historia de las barajas, Tambien conozco las que se repartiran en el futuro.
Los dados y las ruletas me obedecen. Mi cara esta en todos los naipes. Y
poseo la cifra secreta y fatal qeu han de sumar tus generales cuando llegue el
fin de tu vida.
Salzman: ? No desea jugar al chinchon?
Asmodeo: No, Salzman, Vengo a ofrecerte el triunfo perpetuo. Con solo
adorarme, ganaras siempre a cualquier juego.
Salzman: No se si quiero ganar.
Asmodeo: !Imbecil...! ?Acaso quieres perder?
Salzman: No, tampoco quiero perder.
Asmodeo:? Que es lo que quieres entonces?
Salzman: Jugar. Quiero jugar maestro....Hagamos un chinchon.

RUBEN GARMENDIA, EL PICAFLOR

No parecia mal negocio el de Garmendia. Le garantizaron el amor de
todas las mujeres. El tormento eterno era sin duda, un precio razonable.
Todos lo recuerdan en Flores paseando con las mujeres mas hermosas de
la ciudad.
Segun cuentan, las muchachas lo seguian por la calle. En las confiterias,
se acercaban a su mesa para ofrecersele redondamente. Muchas
veces debia arrojarse de los colectivos, huyendo del ardor de las pasajeras.
Sus amigos lo abandonaron, temerosos de que sedujera a sus novias.
Sor Juana Ines de la Cruz dictamino que el amor es como la sal: dañan
su falta y su sobra.
Garmendia soporto como nadie la segunda desdicha.
Sus amantes no se resignaban a la ausencia y se le aparecian en su casa
llorando y arrojando piedras a las ventanas. En sus ultimas epocas se
lo veia perseguido por muchedumbres de damas sin consuelo que le tiraban
del saco.
Para completar su desventura, se enamoro de una vecina y ya no necesito
la pasion de otras mujeres. Supo ademas, que la chica lo amaba desde tiempos
lejanos, anteriores al pacto.
Comprendio entonces que Satan era tramposo.
Se sabe que trato de disolver el vinculo, pero es poco probable que lo
haya logrado.
Un marido celoso lo asesino un 25 de mayo.

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