martes, 7 de agosto de 2007

Vida y obra de un fantasma


Como todos deben saber, los fantasmas existen. Oh si. Quizá no como todos piensen que existen, pero estan ahí, y las palomas lo saben. De hecho son los únicos seres que pueden verlos. A ello se debe la mirada paranóica que siempre tienen en sus pequeños ojitos. No es que le tengan miedo de por sí. En realidad los fantasmas no son tan terroríficos como los pintan en la ficción. Las palomas le tienen más miedo a los seres vivos, eso seguro. La razón es porque conversan con los muertos todo el tiempo y muchos de ellos les cuentan a las palomas cómo y porqué han muerto. No es de extrañarse que éstas teman más a la malicia de un ser humano que a la inocente y fantasmagórica presencia de un espíritu vagabundo.

Lo que pocos seguro saben, es los fantasmas han tratado de comunicarse con nosotros desde tiempos inmemoriables. El último intento de un fantasma de llamar la atención fue interpretado en El Salvador como un evento muy improbable y más tarde clasificado como milagro y su causante fue postulado como candidato para ser canonizado por el vaticano. Lo cierto es que muchas viejas religiosas concordaron con que un delincuente que dispara un tiro contra una tubería y que pierde todos sus dedos al entrar la bala por el cañón luego de haber rebotado en el metal, en una jugada de la física casi tan extraordinara como lo es la ropa interior reversible, no es un candidato eligible para ocupar el cargo de santo, por más que en su arma hayan encontrado dibujadas algunas figuras celestiales, divinidades menores, en situaciones inverosímiles (San pedro sosteniendo una uzi, a jesus con una katana y la lista continúa). Así es como llegamos a la conclusión de que la mayoría de las cosas que no podemos explicar, podemos atribuírselas a estos seres metafísicos. Como dirán algunos detrimentores de este tipo de teorías, es fácil culpar a algo que no se ve. Claro que esos detrimentores no se pusieron a analizar que nadie hecha la culpa de los asesinatos cuidadosamente planeados, a cantidades enormes de dinero, ya que, por supuesto, muchas veces, sumas grandes de dinero no llegan a verse. ¿Vió ud.alguna vez un millón de dólares? El hecho de que no lo haya visto, no quiere decir que no exista. Claro que bajo esta premisa, podríamos comenzar a hablar sobre unicornios y otros seres fantásticos que no vienen al caso, ya que éstos tambien niegan rotúndamente la existencia de los fantasmas.

Un fantasma es una entidad que no ha cruzado correctamente al otro lado. Quizá porque la mayoría de los fantasmas está tan aturdido por las arpas, nubes y luces celestiales que los conducen al descanso eterno, que muchas veces caen fuera del portal y quedan deambulando entre los vivos, hasta que son rescatados por un equipo especial de ángeles, o son accidentalmente absorbidos por una fuerza centrífuga mayor que los termina convirtiendo en...algodón de azúcar.

Por lo general son inoloros, a menos que en su pasaje por la vida carnal no hayan respetado las normas mínimas de higiene personal, lo que en caso contrario se traduce a un olor bastante desagradable y molesto comúnmente conocido como "pedo" o "gas". El ruido de estómago y el posterior sentimiento de descarga al dejar un gas en el planeta, es que uno de estos seres nos ha atravezado. Si bien pueden atravesar paredes y todo lo demás, al atravesar un ser humano, el fantasma siempre causa cierto malestar. Los seres vivos más fáciles de atravezar para un fantasma son: los hombres, seguidos de cerca por los perros y más lejos por las mujeres, de ahí el orígen del mito que dice que las mujeres nunca se tiran pedos, aunque las únicas que piensan eso son, curiosamente, las niñas.

Por supesto que hay fantasmas rebeldes que se niegan a cruzar porque aseguran que la vida como espectro casi tan divertida como la reencarnación. Para quien no sabe, aquellos que reencarnan nacen con todos los conocimientos de su vida anterior pero todos sus recuerdos se esfuman con la primera palabra que, curiosamente, siempre está relacionada con la forma en que murieron estas personas. Mi primera palabra fue "agua" y adivinen que...el día que yo nací, a exáctamente la misma hora, un marino homónimo de un barco pesquero, se ahogaba en Hong Kong porque creyó ver un fantasma y se tiró por la borda. Lo que él nunca supo, ni sabrá es, que aquello que vió, era sólamente una bandera mal atada que ondeaba con el viento. ¿Y qué había en esa bandera? una cara...la de un santo Salvadoreño, un ex criminal que murió luego de un extraño evento, que todos tomaron como un milagro...y luego veneraron como a un santo.

El Buda (http://www.fotolog.com/maderfaquer)

1 comentario:

Criatura del pantano dijo...

Los fantasmas son la razón por la que la ciencia es ciencia y no un ente divino. Si no fuera por esas cosas ya lo sabríamos todo y no habría más nada que descubir.
O si no también, en alguna ocasión Johnson sentía que necesitábamos algunas ilusiones para no enloquecer, a propósito de una de sus lecturas del Quijote.
Saludos, interesante el blog.